“La gente joven está
convencida de saber la verdad,
Desgraciadamente cuando
logran comprobarla,
ya no son jóvenes, ni es verdad.”
-Jaume Perich
( While we’re Young (2014) es
una de esas películas que despiertan a todos esos demonios que llevas dentro
sin importar cuales sean, pues no se necesita conocernos a todos para saber que
somos ambiciosos, envidiosos y torpes pero al mismo tiempo también nos
concebimos como solidarios, amistosos y liberales, solemos tener nostalgia por
el pasado pero en realidad nos desesperamos cuando se tarda en llegar el
futuro. )
Es difícil para mí comenzar a escribir esto, pues nunca es fácil decir
que uno ya ha envejecido, suponer que todo lo que ambicionaste, fue algo que se
quedó en los dibujos de la primaria o en los planes a futuro de la prepa. Caer
en cuenta que no tienes la casa grande que querías o el tiempo para viajar como
imaginabas. Por otro lado, las redes han hecho de éste proceso algo más cruel,
pues las fotos de tus amigos contemporáneos viajando u obteniendo
reconocimientos se vuelven clavos que poco a poco cierran para siempre esa
etapa en la que creíste poder lograr cualquier cosa.
Comenzaré diciendo que la felicidad se ha vuelto un modelo estándar en
el cual es preciso vivir para ser parte de los demás, es por eso que decidiste
casarte, tener hijos, porque quizá eso es lo que te va a dar esa felicidad que
no habías encontrado, sin embargo, sigues despertando con odio los lunes porque
ya sabes que va a empezar una semana más en la que te gustaría estar en otro
lado, ser alguien más.
Así que decides que sería buena idea cambiar de trabajo, mudarte a otro
estado o hacer algo para evitar esa monotonía de la que estás harto, lo piensas
una y otra vez, pero ya te falta poco para ascender en tu trabajo “¿Qué son
cinco años más?” –dices en silencio.
A veces amaneces con ánimo de pasarla bien, al fin es viernes y tienes
ganas de salir a embriagarte con tus amigos, llega la noche y los únicos
dispuestos a ir al bar son tus compañeros de trabajo, no hay de otra, después
de tres cervezas te das cuenta de que no conoces a esos tipos que ves durante
ocho horas diarias, de hecho, te caen mal. Pides otra cerveza e intentas
olvidar lo que pensaste.
Te gusta ir al cine, leer, conversar con personas que no conoces, te
convences de que la vida tiene mucho que ofrecer, decides comenzar a comer
sano, salir a hacer ejercicio y aprender ese idioma que dejaste a medias desde
hace años, sin embargo no tardas mucho en darte cuenta que no tienes tiempo
para ese tipo de cosas pues llegas cansado de trabajar, no hay forma de
convencer al cuerpo de que es divertido hacer una ensalada, y ya en los tacos te
preguntas cómo se dirá cilantro en otros idiomas.
Intentas no recordar a tus padres, pues ya hace mucho que no convives
seriamente con ellos, ahora tú eres parte de otra familia, compartes el colchón
con alguien más pero hay ocasiones en las que sientes que esa persona ya no es
como la conociste, no conoces lo que le preocupa y sientes que debes de
conectar más, así que lo acaricias, le hablas bonito, después sucio y terminan
teniendo sexo hasta que una vez que se ha dormido esperas que lo que sea que le
preocupe, pase rápido.
Mientras tanto, tú comienzas a preocuparte por las canas, las patas de gallo y toda esa
grasa que sabes que ya no se convertirá jamás en músculo, crees que es tiempo
de empezar a cuidarte más, compras cosméticos caros y comienzas a tomar
vitaminas, te olvidas que en algún momento podías salir a la calle sin
chamarra, te parece absurdo al menos pensarlo, estás tan acostumbrado a vivir
en la rutina que comienzas a vivir para los demás, no sabes qué sería tu
trabajo sin ti o no crees que tu pareja pueda vivir con tu ausencia, tus hijos
dependen de ti, así que haces de sus logros los tuyos. Cuando se duermen vuelves a tu vida y decides ver una
película pero cuando termina te das cuenta de que no hiciste nada especial y
triste te vas a dormir, sabiendo que mañana es lunes y tienes que levantarte
temprano.